Una formulación balanceada hace posible aplicar menos nitrógeno a las pasturas

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Los fertilizantes nitrogenados contribuyen de manera significativa al aumento de la producción de alimentos. El nitrógeno (N) aportado por los fertilizantes, es el principal elemento mineral absorbido por las plantas que interviene en procesos fisiológicos esenciales para su crecimiento y desarrollo.

La mayoría de los cultivos dependen del suministro externo de nitrógeno vía mineralización de la materia orgánica y adición de fertilizantes para completar su ciclo de crecimiento. La aplicación de fertilizantes químicos ha venido en aumento desmesurado en los últimos años, debido a la creencia de que si se aplica más, habrá un aumento en la producción. (Food and Agriculture Oranization of the United Nations, 2023).

La desmedida aplicación de nitrógeno a los suelos ha provocado costos ambientales y económicos considerables. Por lo que en la actualidad, se trabaja en la búsqueda de estrategias que permitan razonar el aporte de nitrógeno a los cultivos, procurando alcanzar su máximo potencial productivo y preservar el ambiente. Así mismo, se presentan riesgos al utilizar exclusivamente fertilizantes químicos tradicionales, debido a que no solo se está acabando con la vida del suelo, sino que también se está haciendo daño a los cultivos; llevando a una posible toxicidad y vulnerabilidad a plagas y enfermedades. A su vez, el uso excesivo de fertilizantes nitrogenados lleva asociados problemas cada vez más graves de incremento en los costos de producción y de contaminación ambiental, por lo que se hace necesario contar con tecnologías que permitan aportar las cantidades mínimas para alcanzar los máximos rendimientos. (Cárdenas-Navarro et al., 2004)

Por lo anterior, en la actualidad, es muy importante manejar un balance mineral, orgánico y biológico a la hora de fertilizar los cultivos, debido a que este balance es el que lleva a aportar adecuadamente los nutrientes que la planta necesita en el momento oportuno, mejorando las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo.

Una de las innumerables importancias de fertilizar las pasturas con un adecuado balance mineral, orgánico y biológico, es el cuidado y conservación de la biología del suelo; esto se consigue a través del manejo de las tecnologías que minimicen las pérdidas de nutrientes y que hagan los suelos productivos y rentables, además de logar una sostenibilidad del sistema. Lo anterior, se logra integrando materia orgánica, microorganismos benéficos y minerales al suelo. La materia orgánica y los microorganismos juegan un papel determinante en la nutrición vegetal y en la calidad de los suelos, esto lleva a tener plantas más sanas, que aportan mayores nutrientes al ganado y se refleja en una mejor nutrición y en el aumento de los parámetros productivos y reproductivos del hato. Llevando a la mejora de la productividad de la empresa ganadera y al incremento de la rentabilidad de la misma.

De esta manera, es posible realizar una fertilización estratégica de la pradera y así aplicar las cantidades de nutrientes necesarios. En el caso del nitrógeno, es de suma importancia no excederse para no intoxicar las praderas ni quedar en déficit perjudicando el crecimiento de las mismas.

El aportarle materia orgánica al suelo trae importantes beneficios, tales como:

  • Mejorar las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo.

  • Garantizar la buena movilidad de los nutrientes.

  • Contribuir a mantener un pH óptimo.

  • La adecuada asimilación de nutrientes.

  • Facilitar el mantenimiento de la actividad biológica adecuada.

  • Evitar la proliferación de organismos patógenos.

  • Evitar la pérdida de nutrientes.

  • Mejor desarrollo y rendimiento de los cultivos.

La producción sostenible se enmarca en el concepto de: “Producir hoy, dejar para el mañana”, con el cual se logra: Mayor productividad, cuidado del medio ambiente, responsabilidad social, mayores beneficios económicos.

Una adecuada fertilización es cuando se tiene claro que no son solo los grados (N,P,K), es tener una mezcla equilibrada de nutrientes, materia orgánica y microorganismos, es decir, un balance mineral – orgánico – biológico, para así aportar las condiciones óptimas al suelo y los nutrientes necesarios a las plantas, teniendo un equilibrio para obtener una adecuada productividad en la empresa.

Algunos de los beneficios que trae la fertilización balanceada en las praderas son:

  • Proporciona nutrientes esenciales como Nitrógeno, Fósforo, Potasio, y elementos menores.

  • Mejora la estructura del suelo al aportar materia orgánica (agregación).

  • Mayor aprovechamiento de los nutrientes aplicados a la pastura.

  • Mejor macollamiento.

  • Mayor resistencia al acame y mayor vida útil de la pradera.

  • Mayor densidad nutricional del forraje.

  • Mayor producción de biomasa por unidad de área.

  • Mayor capacidad de carga.

  • Mayor sanidad de la pradera, debido a menor incidencia de plagas y enfermedades.

  • Aumento de la cantidad de microorganismos benéficos del suelo.

Cuando se tiene una pradera en óptimas condiciones, con un pasto vigoroso, contenidos nutricionales adecuados y balanceados, se obtiene un aumento en la productividad del ganado con una adecuada condición corporal.